A raíz del comentario que el compañero Martín Carra hizo a mi anterior foto de perdiz roja (Alectoris rufa) respecto de la abundancia o ausencia de esta especie en según qué regiones de la península ibérica, me surgió un pensamiento que creo tiene bastante trascendencia en la conservación de las especies.
Siempre que veo una perdiz roja o un conejo pienso en la afición que muchos cazadores sienten por la caza menor. En esta modalidad cinegética la perdiz roja es, quizá, la especie más valorada de todas, la que más pasiones levanta, lo que me recuerda mucho a lo que sucede con el lagópodo escocés en el Reino Unido. No es raro escuchar en ambientes cinegéticos, en tertulias de la gente del campo, en la tasca del pueblo o en las revistas especializadas que el declive poblacional de la especie es importante. Que los mismos impactos que tiene contra las cuerdas al sisón o que está complicándole la existencia a la avutarda están afectando a las perdices rojas y a las codornices (entre otras especies de esteparias o ligadas al secano tradicional) es algo que no necesita explicación. Quizás por ello en según qué regiones ibéricas las perdices se han vuelto difíciles de ver. Así el MITECO redactaba en su ficha sobre esta especie que "En el 95% de su área de distribución ha sufrido un declive generalizado, más patente aún en la década de 1980 (Hagemeijer & Blair, 1997; Rocamora & Yeatman-Berthelot, 1999.)"
Pero es que, además, se da la circunstancia de que a esta ave y a las codornices se les pegan tiros, lo que a las avutardas y a los sisones no (salvo los que puedan soltar algunos cafres que aún puedan quedar por ahí). En 1977, año en el que hubo 1 millón de licencias de caza en España, se mataron 4 millones de perdices, es decir 4 perdices por licencia. Sin embargo, en el período 1992-1996 con una presión cinegética mayor se pasó a solo 1,8 aves por licencia, dejando clara la existencia de una notable reducción de efectivos. Más adelante, y después de enumerar algunas de las problemáticas ligadas a la intensificación agrícola que ya habíamos comentado para el caso de las avurtadas y que también afectan a la perdiz roja, la misma ficha del Ministerio (www.miteco.gob.es/content/dam/miteco/es/biodiversidad/tem...) resume que "Pero, sin duda, la inadecuada gestión cinegética es, y ha sido, una de las principales razones de su declive", para continuar poniendo el foco en la lamentable obsesión que tienen las sociedades de cazadores de repoblar con animales de granja que "Aunque algunas repoblaciones pueden estar justificadas y ser incluso beneficiosas, la realidad es que pocas se hacen con rigor científico-conservacionista, y resultan contraproducentes para las poblaciones autóctonas." Esto es debido entre otras razones por las irresponsables sueltas de perdices griegas (Alectoris greca) que se híbridan con la autóctona, por la transmisión de enfermedades a las aves silvestres o por el aumento de presión cinegética a la que ejercen a la especie cuando hacen sueltas de perdices de granja, lo que acaba afectando a las silvestres. Así mismo el Ministerio apuntaba que el declive del conejo por las enfermedades que lo asolan ha podido provocar un notable aumento de la presión humana sobre la perdiz, que se traduce en un importante aumento de capturas.
En definitiva, pienso en por qué diablos se quejan los cazadores de que el número de perdices rojas ha descendido mucho si son ellos los responsables primeros de lo que está pasando.
Pero yo voy mucho más allá, en última instancia es la propia administración la responsable directa de todo lo que está sucediendo al permitir que ciudadanos particulares sin ningún conocimiento científico se dediquen a soltar bichos por todas partes sin ningún control. Y me da igual que sean especies exóticas de aves (perdices griegas, faisanes, codornices japonesas), de peces (la lista aquí sería infiniiiiiita) o de mamíferos (arruí, gamo, muflón, ciervos centroeuropeos,...) o autóctonas con sueltas masivas de animales de granja. Ya está bien, esa es una práctica que tenía que estar prohibida por Ley para el ciudadano de a pie, y por lo tanto debería estar restringida a las propias administraciones bajo supervisión científica y con unos objetivos biológicos y conservacionistas, no cinegéticos. Estas sueltas sin ningún rigor científico, y muchas veces ni siquiera sanitario, han sido co-responsables, por ejemplo, de la extensión de la mixomatosis del conejo al repoblar regiones en la que existía una prevalencia de cierta cepa del virus con ejemplares criados en granjas lejanas vacunados para cepas diferentes, por lo que a los conejos vacunados les afectaban las cepas del lugar de suelta, y a los silvestres les afectaba la nueva cepa que les llegaba con los de granja. Resulta de una barbaridad tan enorme que las sociedades de cazadores o pescadores anden por ahí soltando animales sin ningún control que luego no nos podemos asombrar de la hecatombe que sufren nuestros campos y ríos. Y el Ministerio y las administraciones regionales son directos responsables de las consecuencias que ha traído a todos nuestros ecosistemas semejante negligencia e irresponsabilidad institucional.
En la foto, una perdiz con el gesto típico de observar algo que la sobrevuela, intentando reconocer la llegada de un hipotético peligro desde el aire. Espero que os guste, saludos a todos.
Tags: Fauna Aves Perdiz roja Alectoris rufa
© All Rights Reserved
Uno de los principales atractivos que tiene la fotografía de fauna y por el cual se engancha mucha gente, aparte de la necesaria pasión por la naturaleza y la sensibilidad para apreciar su belleza, radica en el reto que supone fotografiar algo que a priori no se quiere dejar fotografiar. La fauna salvaje obviamente nos tiene miedo y, hablando de manera general, evita nuestro acercamiento. ¡¡Como para no tenernos miedo!! Tras milenios arrasando con todo ser vivo que pulule a nuestro alrededor, los compañeros de piso procuran mantener las distancias. De ahí, del reto que supone estar lo suficientemente cerca como para retratar un animal silvestre, deriva también que el valor de una fotografía aumente cuanto más rara, escasa y desconfiada sea la especie. Fotografiar una avutarda siempre será más meritorio que retratar una perdiz, sin duda. Por otro lado, en fotografía de fauna no estoy de acuerdo con ese mantra de Robert Capa de que si "tus fotos no son los suficientemente buenas es porque no estás lo suficientemente cerca", o por lo menos en fotografía de fauna es un lema que, si bien prevaleció en años pasados, hoy en día está un poco desfasado, siendo yo creo que mayoría los fotógrafos que buscan imágenes de fauna inmersa en su mundo. Creo que la mayoría pensamos que en esta disciplina lo ideal es hacer un buen "book" de cada especie, variado, en el que incluyamos tanto fotos con entorno, como retratos cercanos con todos los detalles que ello conlleva, lo que muchos colegas denominan despectivamente "cromos".
La foto de esta perdiz (Alectoris rufa) no tiene ni de lejos el mérito fotográfico de las imágenes de avutardas que he subido anteriormente (aunque solo fuera por la diferencia numérica de sus poblaciones) pero, sin embargo, tiene el valor de acordarse de aquellas especies comunes de las que el gran público se olvida muy a menudo, precisamente por eso, por ser muy comunes. Yo he dedicado numerosas sesiones a los gorriones, sin ir más lejos, y he roto muchas lanzas por lo interesante que es documentar cada especie, por muy habitual y cercana que alguna sea. Aunque alguno lo pueda estar pensando, la perdiz de esta foto no está cantando (nótese que la posición del cuello no está encorvada como cuando realmente cantan). Ni siquiera vino hasta mi hide -de frente y desde bastante lejos- porque yo le pusiera un reclamo acústico. No. La pareja venía de motu proprio, y lo que está haciendo en la foto es emitir un reclamo muy suave que yo no recuerdo haber oído en otras ocasiones, que solo es audible salvo a muy corta distancia, y que probablemente tenga una función de conexión entre los dos miembros de la pareja: con un barbecho ya muy crecido pienso que las dos perdices se mantienen próximas gracias a dicha llamada.
Tags: Fauna Aves Perdiz roja Alectoris rufa
© All Rights Reserved
Para gustos los colores. Todos intentamos fotografiar esas bolas blancas que se diseminan por muchas hectáreas a la redonda durante las primeras y últimas horas de la tarde. Los machos de avutarda (Otis tarda) despliegan un display único en la península, lo que sumado al propio tamaño del ave hacen que sea objeto prioritario de cualquier fotógrafo de fauna que se enfrente a documentar esta especie. Sin embargo, y aún advirtiendo que en mi caso sucede lo mismo, tengo que reconocer que me flipan muchísimo más las poses cherokees de estas moles que la estética de la propia "rueda" de la avutarda. En este caso el macho sobrepasa la linde del barbecho (en primer plano desenfocado) y atraviesa el borde de las praderías sin cultivar, en donde un rebaño de ovejas pasta buenas temporadas. Enmarcada entre los juncos que delatan algo de humedad a poca profundidad, la fotografío excesivamente centrada para mi gusto. Se alejará un poco más y se transformará en un pompón blanco detrás de los propios juncos, como si la timidez le hiciera ocultarse de mí a propósito. Mala suerte otra vez.
Tags: Fauna Aves Avutarda Otis tarda
© All Rights Reserved
Eso parece transpirar esta imagen, una avutarda (Otis tarda) en su cuasi infinito paisaje de agroestepas cerealistas de la vieja Europa, mirando el futuro que se intuye en el horizonte. Un futuro que se acerca agrio y difícil. La escueta línea del cielo nos hace comprender la inmensidad de su hábitat, extenso e interminable en la meseta castellana, un lugar que hasta la intensificación de la agricultura ha constituido para la especie el lugar perfecto al que expandir su área de distribución desde las -esas sí, infinitas de verdad- estepas centrales de Asia, de donde es originaria. De hecho su nombre completo sería avutarda eurasiática.
De siglos pasados a la actualidad la avutarda ha desaparecido de la mayor parte de los países europeos, quedando solo unos reductos pequeños en lugares como Alemania o Hungría, habiendo proyectos de reintroducción en algunos de ellos. Por si fuera poco, en Asia, además, sus números son preocupantes también, aun cuando la información procedente de allí sea escasa. Con todo ello, es precisamente en la Península Ibérica donde sobrevive a duras penas más del 50% de toda la población mundial. Por ello la responsabilidad que tenemos los españoles y portugueses por mantener en un estado de conservación favorable a la especie se antoja extraordinaria; tan extraordinario como el desprecio por las especies esteparias que demuestra tener la Junta de Castilla y León, comunidad autónoma en la que aún aguantan más de la mitad de esos efectivos ibéricos. Los nuevos regadíos como los puestos en marcha en comarcas históricamente de secano como los que han machacado el lek de Salamanca de estas fotos son solo parte del problema. A los regadíos se suman la intensificación de una agricultura que ya nada tiene de tradicional y que muy bien podríamos calificar de "biodiversicida", pues envenena el suelo y persigue, destruye y extermina todo ser vivo -vegetal o animal- yo diría que en muchos casos hasta la histeria, una agricultura que cambia lo ciclos de los cultivos y hasta los propios cultivos tradicionales de las distintas regiones ibéricas, que no respetan los barbechos y las rastrojeras, ni las lindes, y que roturan praderas o eliminan los ricos mosaicos de cereal y viñedo u olivar, simplificado y homogeneizando un paisaje cada año que pasa de peor calidad ambiental. Y a todo eso se suman, además, la proliferación de molestias humanas, como las concentraciones parcelarias y el ensanchamiento de las pistas que posibilitan una mayor presencia y trasiego humano, el aumento de parques eólicos, y la transformación de suelos destinados tradicionalmente a la agricultura en huertos solares de grandes dimensiones, con las líneas de evacuación eléctrica y los vallados que suelen acompañarlos y que son causa de numerosas muertes por colisión, en especial en vuelos crepusculares o nocturnos.
Así pues, se puede asegurar sin temor a equivocarse que, habiéndose prohibido su caza desde los años 80, su principal y casi única amenaza radica en la actualidad en la pérdida de hábitats y en la enorme degradación de los que se mantienen. La caída en picado del sisón puede ser un mal augurio de lo que puede venir en un futuro próximo para la avutarda. Y en eso parece pensar mi amiga de la foto. Espero que ella y yo nos equivoquemos y en España y en Europa sepamos enmendar nuestros errores más pronto que tarde, promoviendo una agricultura que no combata la biodiversidad como lo hace en la actualidad, una agricultura tradicional y con sentido común.
Foto vertical para enmendar tanta foto apaisada que se ve de esta especie. Espero que os guste.
Tags: Fauna Aves Avutarda Otis tarda
© All Rights Reserved
Es imposible que los machos de avutarda (Otis tarda) no recuerde a un pavo cuando aquellos se acicalan y esponjan el plumaje. Aquí el amigo permaneció en el lugar un rato largo, regalándome este momento, que siempre será curioso e interesante con cualquier ave. A mí al menos me resulta siempre fotogénica esta acción, sea la especie que sea, pero con estas enormes aves me lo parece especialmente.
Como en muchas de las fotos que estoy pudiendo hacer esta temporada en esta vuelvo a situar al macho de avutarda en el tercio superior intentando esquivar con mejor o peor fortuna los pivots de riego que llenan gran parte de los amplios fondos de estos ecosistemas antrópicos. Este lugar ya no será nunca más lo mismo. El tiempo me dirá si estas sesiones de 2024 serán las últimas en esta zona, lo que comienzo a sospechar dado el descenso vertiginosos que ha sufrido en número de individuos en comparación con primaveras anteriores, y los pobres resultados que estoy obteniendo debido a ello. Se verá.
Tags: Fauna Aves Avutarda Otis tarda
© All Rights Reserved