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User / SINDO MOSTEIRO / Sets / Anxos
Sindo Mosteiro / 75 items

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EPITAFIO DUN EXÉRCITO DE MERCENARIOS

Estes, nos días en que o ceo tombaba,
e os cimentos da terra se ían todos,
cumpriron a tarefa mercenaria,
cobraron a soldada, e están mortos.
Nos seus ombros asente o firmamento
resistiron, e a terra as bases garda;
o que Deus esquecera, defenderon,
e salvaron o todo pola paga.

A. E. Housman (1859-1936) (trad. Plácido Castro, 1949)

MÚSICA: Marin Marais - "Suite En Si Mineur: Tombeau Pour Monsieur De Lully, II.95, interpretado por Jordi Savall.
youtu.be/HCqxOIROZ2A

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Los monumentos históricos no son (...) propiedad exclusiva de un pueblo, y no están ni deben estar, por lo tanto, al arbitrio de una corporación municipal, cuyos individuos no son siempre lo suficientemente ilustrados para formarse una idea perfecta de la importancia que tales cosas tienen, y del respeto y veneración que deben merecer. Estas cosas son, en primer lugar, fuentes históricas, libros elocuentes en que estudia el sabio las grandezas pasadas, cuyos tesoros él sólo comprende, y por consiguiente a los sabios, interesados en conservarlas es a quienes, y no a la corporación municipal, debiera consultarse acerca de la conservación y demolición de los referidos monumentos.

Antonio de la Iglesia, El Clamor de Galicia, Nº 20, 8/X/1881.

MÚSICA: Cavalli - Dammi morte uit L’Artemisia 1657
youtu.be/C3YYU8MHhtY

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(...)
— J’atteste le ciel que je n’ai rien dit de semblable, s’écria l’étudiant effrayé en regardant derrière le pilier contre lequel s’appuyait don Juan ; je voulais vous demander seulement si vous n’aviez pas connaissance d’une histoire étrange que bien des gens racontent sur ce don Garcia ?

— Je n’en sais pas un mot.

— On dit…, remarquez bien que je ne fais que répéter ce que j’ai entendu dire…, on dit que don Diego Navarro avait un fils qui, à l’âge de six ou sept ans, tomba malade d’une maladie grave et si étrange, que les médecins ne savaient quel remède y apporter. Sur quoi le père, qui n’avait pas d’autre enfant, envoya de nombreuses offrandes à plusieurs chapelles, fit toucher des reliques au malade, le tout en vain. Désespéré, il dit un jour, m’a-t-on assuré…, il dit un jour en regardant une image de saint Michel : — Puisque tu ne peux pas sauver mon fils, je veux voir si celui qui est là sous tes pieds n’aura pas plus de pouvoir.

— C’était un blasphème abominable ! s’écria don Juan, scandalisé au dernier point.

— Peu après l’enfant guérit…, et cet enfant… c’est don Garcia !

— Si bien que don Garcia a le diable au corps depuis ce temps-là, dit en éclatant de rire don Garcia, qui se montra au même instant et qui paraissait avoir écouté cette conversation caché derrière un pilier voisin.
(...)

Prosper Mérimée, Les Âmes du purgatoire, 1834.

MÚSICA: "Leçons de Ténèbres : Office du Vendredi Saint : Psaume 26 Dominus illuminatio mes, ton du Bréviaire de G.G. Nivers; faux-bourdon de M.-A. Charpentier"
youtu.be/Au4WXKbY-6g

N 16 B 1.3K C 7 E Dec 1, 2006 F Jan 31, 2016
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Fotografía tomada coa vella Zenit-122 en decembro de 2006.

E cando abriu o sétimo selo, houbo, como media hora, un silencio no ceo. E vin os sete anxos, que están sempre en pé diante do trono de Deus. Déronselles sete trompetas.

Chegou outro anxo cun incensario de ouro. Púxose ó pé do altar e déuselle moito incenso, para que o ofrecese no altar de ouro, que está diante do trono, coas oracións de todo o pobo santo. E das mans do anxo que está diante do trono de Deus subiu o fume do incenso coas oracións do pobo santo. Colleu o anxo o incensario, encheuno co rescaldo do altar e botouno na terra: houbo lóstregos, berros, tronos e un terremoto.

Entón os sete anxos, que tiñan as sete trompetas, preparáronse para tocar.

Tocou o primeiro e caeu na terra unha sarabiada de lume mesturado con sangue: ardeu a terceira parte da terra e a terceira parte das árbores e toda a herba verde.

Logo tocou o segundo anxo e botouse ó mar algo coma un monte grande ardendo: fíxose sangue a terceira parte do mar e morreu a terceira parte das criaturas vivas do mar e esnaquizáronse a terceira parte dos barcos.

Tocou logo o terceiro anxo e caeu do ceo unha estrela grande, ardendo en labarada, e caeu sobre a terceira parte dos ríos e das fontes. A estrela chamábase Asente. E a terceira parte das augas volveuse en auga de asente e moitos dos homes morreron por culpa destas augas que se volveron amargas.

Logo tocou o cuarto anxo e tremelicou a terceira parte do sol, a terceira parte da lúa e a terceira parte das estrelas: escureceuse a terceira parte de cada un deles e un terzo do día non alumeou e o mesmo a noite.

Apocalipse, ca. 100

MÚSICA: Friedrich Schneider (1786-1853) - Das Weltgericht - Oratorium in 3 Teilen für Soli, Chor und Orchester
2. Teil: No. 10 Chor der Seligen; No. 11 Aria (Raphael)
youtu.be/4_xSQKVPh_c

N 15 B 1.2K C 3 E Dec 1, 2006 F Oct 7, 2016
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Fotografía tomada coa vella Zenit-122 en decembro de 2006

V 1. El año 303 de Alejandro, el 31 del mes de adar, el primer día de la semana, a la hora tercera del día, María tomó su cántaro, y fue a la fuente en busca de agua. Y oyó una voz que decía: Regocíjate, Virgen María. Súbitamente, María se turbó, y quedó helada de espanto. Y miró a derecha y a izquierda, y, no viendo a nadie, se preguntó: ¿De dónde ha partido la voz que se ha dirigido a mí? Y, recogiendo su cántaro, marchó precipitadamente a su casa, cuya puerta cerró y encerrojó cuidadosamente. Después, se recogió, silenciosa, en el fondo de la casa. Y, en el estupo de su espíritu, se decía con asombro: ¿Qué saludo es que se me ha hecho? ¿Cuál es el que me conoce, y sabe de antemano quién soy? ¿A quién he visto yo que pueda hablarme en esos términos? Y, pensando en todas esta cosas, se estremecía y temblaba.

2. Y, levantándose, se puso en oración, y dijo: Señor Dios de Israel, Dios de nuestros padres, mírame con misericordia, y condesciende a mi demanda, y a la plegaria di mi corazón. Escucha a tu miserable sierva, que te implora con esperanza y con confianza. No me entregues a las tentaciones del seductor y a las emboscadas del enemigo, y líbrame de los peligros y de la astucia del cazador, porqui espero y confío en que guardarás mi virginidad intacta Señor y Dios mío. Y, luego que hubo hablado así, rindió gracias al Señor, llorando. Y, después de haber permanecido en este estado durante tres horas, tomando la escarlata, se puso a hilar.

3. Y he aquí que el ángel del Señor llegó, y penetró cerca de ella, estando las puertas cerradas. El ser incorpóreo se le presentó bajo la apariencia de un ser corpóreo, y le dijo: Regocíjate, María, sierva inmaculada del Señor Como el ángel se le apareciera de súbito, María sintió pánico, y, en su pavor, era incapaz de responder. Y el ángel dijo: No te espantes, María, bendita entre todas las mujeres. Yo soy el ángel Gabriel, enviado por Dios para comu nicarte que quedarás encinta, y que darás a luz al hijo de Altísimo, el cual será un gran rey, y prevalecerá sobre la tierra toda. María le preguntó: ¿De qué hablas? ¿Qué es lo que expresas? Explícame este enigma. Y el ángel repuso: Lo que te he dicho, lo has oído de mi boca. Recibe la invitación contenida en este mensaje que acabo de hacerte y regocíjate. María dijo: Lo que me manifiestas es de una novedad desconcertante, que me llena de sorpresa y de asombro, pues afirmas que concebirá y pariré al tenor de las demás mujeres. ¿Cómo ha de ocurrirme esto, si yo no conozco varón? Y el ángel dijo: ¡Oh Santa Virgen María, no abrigues sospechas tales, y comprende lo que te revelo! No concebirás de una criatura, ni de un marido, ni de la voluntad de un hombre, sino del poder y de la gracia del Espíritu Santo, que habitará en ti, y que hará de ti lo que le plazca. María dijo: Lo que me anuncias me parece extraordinario y duro de creer. Yo no puedo conformarme, ni resignarme, con las cosas que me dices. Porque los prodigios de que me hablas, me parecen chocantes en principio e inverosímiles de hecho. Al oír tus palabras, mi alma se estremece de miedo, y tiembla. Mi espíritu continúa en la perplejidad, y no sé qué respuesta dar a tus discursos. El ángel preguntó: ¿Por qué te estremeces, y por qué tiembla tu alma?

4. Y María repuso: ¿Cómo podré conceder crédito a tus palabras, si jamás oí a nadie otras parecidas, y ni aun sé lo que pretendes comunicarme? El ángel dijo: Mis discursos son la exacta verdad. No te hablo a la ventura, ni conforme a mis propias ideas, sino que te digo lo que he oído del Señor, y que Dios me ha enviado a notificarte y a exponerte. Y tú tomas mi lenguaje por una falsedad. Teme al Señor, y escúchame. La Virgen repuso: No es que considere tus discursos vanos, sino que estoy poseída de un profundo asombro. Aquel que el firmamento y la tierra no pueden contener, ni envolver su divinidad, y cuya gloria no pueden contemplar todas las falanges celestes de espíritus luminosos y de seres ígneos, ¿podría yo sostenerlo, y soportar su ardor infinito, y abrigarlo en mi carne? ¿Cómo sería yo capaz de llevarlo corporalmente en mi seno, y de tocarlo con mis manos? Tu discurso es inverosímil; la idea, incomprensible, y su realización desconcertante. Se necesita más que toda la clarividencia del espíritu humano para escrutarlo y comprenderlo. ¿Quieres alucinar mi espíritu con un discurso engañador? ¡No será así! El ángel replicó: ¡Oh bienaventurada María, escúchame lo que decirte quiero! ¿Cómo la tienda de Abraham recibió a Dios bajo formas corpóreas, sin que el fuego se le aproximase? ¿Cómo habló Dios a Jacob, después de luchar con él? ¿Cómo Moisés, en el Sinaí, vio a Dios cara a cara, y la hoguera en que se le mostró ardió, sin consumirse? A ti te sucederá igual por otro concepto, y no tienes por qué temer a este propósito. Cree solamente, y oye lo que ahora voy a significarte.

5. María opuso aún: ¿Cómo me sucederá lo que dices? ¿Y cómo conocerá yo en qué día y a qué hora ocurrirá el suceso? Indícamelo. Y el ángel contestó: No hables así de lo que ignoras, y no te niegues a creer lo que no comprendes. Humilla tu oído, y cree todo lo que te revelo. María dijo: No hablo así por incredulidad, ni por desconfianza, pero quiero asegurarme con exactitud, y saber con certeza cómo la cosa me ocurrirá y en qué momento, a fin de que me halle dispuesta y prevenida. El ángel repuso: Su advenimiento puede acaecer a cualquier hora. Al penetrar en tu seno, y habitar en él, purificará y santificará toda la esencia de tu carne, que se convertirá en templo suyo. María dijo: Pero ¿cómo advendrá esto, puesto que, repito, no conozco varón? El ángel dijo: El Espíritu Santo vendrá a ti, y la potencia del Altísimo te cubrirá con su sombra. Y el Verbo divino tomará de ti un cuerpo, y parirás al hijo del Padre celestial, y tu virginidad permanecerá intacta e inviolada. María dijo: ¿Y cómo una mujer, conservando su virginidad, puede tener un hijo, sin la intervención de un hombre?

EVANGELIO ARMENIO DE LA INFANCIA, S. VI

MÚSICA: Piotr Illitch Tchaikovsky - "Liturgy of St. John Chrysostom, Op. 41: No. 6, Cherubic Hymn"
youtu.be/SZQzW_QfPew


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