Hoy quiero recuperar una fotografía de mi archivo, tomada hace casi 10 años.
Recuerdo el momento y la tensión del mismo. La poca luz determinaba el uso de un alto iso para la cámara que utilizaba (canon 7D). La verdad es que durante los 5 años que dependí de esa cámara viví muchas situaciones embarazosas. Era un reto el intentar documentar con cierta calidad la fauna silvestre, al depender muchas veces de la escasa luz disponible dentro de los bosques de la Cordillera Cantábrica, sobre todo a las horas en las que suele haber más actividad faunística. Ahora con mi actual N D500, tengo más margen, pero puedo dedicar muchas menos horas y esfuerzos para esta pasión.
En la fotografía un macho dominante de corzo captado dentro de su territorio en el interior de un robledal de la C. Cantábrica. Era la primera hora de la mañana de un día al inicio de la época de celo de la especie. La luz penetraba con dificultad el dosel forestal, yo estaba situado con la luz a mi espalda, la misma luz que a él le cegaba y dificultaba apreciar bien mi silueta. Permanecí pegado al tronco de un roble, mientras él se estiraba, aparentemente para intentar captar mi olor y determinar qué es lo que yo era.
Los machos establecen un territorio mediante vocalizaciones similares al ladrido de un perro, y un marcaje olfativo a través de sustancias químicas.
Esta sustancias son liberadas por diversas glándulas odoríferas, presentes en la frente, junto a los ojos, en el pie posterior y entre las pezuñas delanteras.
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Una imagen captada con la luz oblicua del atardecer el miércoles de la semana pasada.
Un macho dominante de rebeco cantábrico con unos cuantos años ya a sus espaldas.
El maduro ejemplar se sorprende al descubrirme asomado en un cuchillar calizo que da caída a un barranco que se hunde en un valle Somedano.
Fotograma original.
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Una hembra de treparriscos ( Tichodroma muraria), nos muestra su colorido plumaje alar.
Esta ave es una de la más enigmáticas de la región, debido a la dificultad para poderla observar, esto es debido a su escasez, y a estar ligada a las altas paredes calizas del piso alpino y subalpino.
Se mueve por este medio con una extraordinaria soltura, prospectando las verticales paredes meticulosamente, en busca de pequeños invertebrados.
En mayo o junio las hembras construyen su nido dentro de alguna grieta o hueco de las pared , en una zona inaccesible para los depredadores. El material usado para la confección del nido consiste en musgo, liquenes, raices, hierbas , lana y pequeños trozos de madera. Para acoger a los de tres a cinco huevos de que consta la puesta. La alimentación de los pollos correrá a cargo de ambos progenitores, durante aproximadamente el mes que dura la ceba, a partir de este tiempo los pollos volantones se independizaran.
Es una ave exclusiva de las regiones montañosas de Europa y Oriente Próximo, en la Península Ibérica existen núcleos reproductores en Pirineos y cordillera Cantábrica.
Realiza movimientos altitudinales o pequeñas migraciones, no superando normalmente los 1.000 km de distancia.
Estas aves, mantienen una alta fidelidad a sus parejas, y a las zonas de cría. Reencontrándose las parejas, como mínimo cada año en el periodo nupcial.
Recorte adicional 1.3X en cámara.
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La luz lateral del amanecer recorta el dentado perfil rocoso. Posado en ese contrafuerte y asomado al vacío por encima de un valle aún en sombras canta un roquero rojo ( Monticola saxatilis). Esta especie ligada a los medios montanos visita nuestro país para desarrollar su ciclo reproductivo entre los meses de marzo a octubre.
Es un macho reproductor, un componente de las tres parejas que criaban en una sierra de la C. Cantábrica occidental asturiana. Este pasado año sólo pude comprobar la presencia y reproducción de una de esas tres parejas. Es una de las lamentablemente numerosas especies de aves que están experimentando una caída drástica en sus poblaciones.
Cuando visito los remotos parajes en donde alegraban con su bello colorido y cantos estas soledades, no puedo menos que sentir una punzada en el estómago al añorar su presencia…
Recorte adicional 1.3 X en cámara.
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Me comentaba en mi anterior foto el amigo Jesús Nicolás, sobre las notables diferencias en el modo de desplazarse en la superficie del medio acuático entre la nutria (Lutra lutra) y otro mustélido que vive y depreda en el mismo medio. El visón americano (Neovison vison), que aunque es una especie invasora ya viene con unas adaptaciones de largo recorrido para explotar el medio acuático.
En la imagen captada en un río Leonés podemos ver a un visón americano cruzando el cauce, mostrando el referido modo al hacerlo. En este caso el pequeño mustélido estaba en el margen este del río y ante la súbita presencia de la nutria que domina en ese tramo del curso, decidió cruzar con rapidez el cauce hasta la otra orilla.
El visón cuando nada en la superficie del agua mantiene la cabeza , cuerpo y la cola en la superficie. La nutria en cambio suele hacerlo mostrando únicamente la parte superior de su cabeza, es evidentemente una especie acuática, mostrando esas adaptaciones en su morfología y en su biología.
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