Voy a cambiar radicalmente de especies y de ambiente. Volvamos a las costas inglesas para recrearnos en las próximas fotografías con una de las especies marinas habitante del Atlántico Norte más hermosa que podamos encontrar. El alcatraz atlántico (Morus bassanus) es un ave magnífica de casi dos metros de envergadura, que podemos observar en las costas españolas en sus pasos migratorios entre las áreas de invernada en África -en donde puede alcanzar el Golfo de Guinea- y las de reproducción -en el centro y norte de Europa, en el caso de los alcatraces que viven en nuestro continente-.
Aquí podemos recrearnos con un contraluz en los acantilados ingleses de Bempton, a primera hora de una mañana simplemente espectacular. Tras una tarde anterior en la que nos cayó encima la del pulpo, con una tormenta de agua de las que hacen época, y después de poder dormir en el aparcamiento de los propios acantilados, amaneció un día increíblemente luminoso. Tener la reserva para nosotros solos, la paz del amanecer en aquel lugar, la soledad de aquella mañana, de aquellos maravillosos momentos aún sin turistas, el despertar de la colonia con su griterío ensordecedor, con su bullicio desbordante de vida y con el intenso olor a guano, fue una experiencia imposible de olvidar. Y creo que esta imagen puede llegar a transmitir mínimamente el ambiente que se respiraba en ella colonia al despuntar los primeros rayos de sol de la mañana. Para los que somos de tierra adentro, para los que amamos la montaña como nuestra segunda casa, vivir y sentir semejante espectáculo es como adentrarnos en un mundo nuevo difícil de comprender en toda su magnitud. Es tal la vida pletórica que te rodea por todas partes que no llegas a comprender que aquello pueda existir realmente, y menos aún que seas tú el que estés formando parte de aquellos momentos tan salvajes, intensos y mágicos.
Loading contexts...