La fotografía de este macho de escribano cerillo fue hecha en un valle del pirineo de Huesca, el pájaro, tenía este enebro como punto donde lanzaba su canto y estaba a pocos metros de una ruta frecuentada por senderistas, es decir, estaba totalmente habituado al paso de personas de las que no parecía que le inquietaran demasiado.
Había que aprovechar la ocasión, así que me senté en unas piedras a una distancia tampoco muy cercana al enebro donde el escribano se solía situar y cada poco me iba acercando un poco mas, hasta colocarme a una distancia razonable, el pájaro tolero mi presencia perfectamente de hecho ya estaba como digo muy acostumbrado a la gente que pasaban cerca de el.
Al día siguiente repetí la sesión y el pájaro se mostró todavía si cabe mas confiado.
Quiero recalcar que la aproximación se tiene que realizar con mucha paciencia y sin prisas, y cuando ya se esta a tiro no hacer movimientos bruscos que espanten al pájaro, porque si esto ocurre lo mas fácil es que no vuelva mas a posarse cerca.
Saludos.
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