El conjunto arquitectónico formado por la Iglesia de los Dolores-Hospital de San Jacinto tiene su origen en la fundación del centro hospitalario, gracias a los deseos de Fray Pedro del Castillo. El primer edificio hospitalario se ubicó en 1596 en la Calle de las Dueñas, en lo que había sido hasta entonces Hospital de San Juan, quedando este incorporado a la nueva fundación. En 1710 se le compraron al Marqués de la Almunia unas casas principales que tenía en la Plazuela del Corbacho, para lo que se vendió el antiguo hospital. Hecha la adquisición el Obispo D. Marcelino Siuri labró la iglesia y la enfermería actual, además lo acogió bajo su patronato y el de sus sucesores como actualmente se mantiene. Ya en el siglo XX será cuando se realicen las principales obras de remodelación y adaptación del edificio a su nueva función de asilo para ancianos. En 1955 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Saenz de Santa María. En 1982 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Luca de Tena y Alvear.
El aspecto exterior del edificio es, quizás, el valor más destacado. La larga fachada tiene una composición asimétrica y austera. Toda ella está limitada por una cornisa horizontal corrida bajo el alero que desciende en placaje sobre las puertas. El paramento aparece totalmente liso hasta el suelo y sólo destacan en él los huecos de ventanas y portadas. Las portadas están ejecutadas en piedra arenisca y trazadas con sobriedad. La principal se compone de un cuerpo bajo donde se abre el hueco adintelado enmarcado por una moldura acodada, que sube en peineta recogiendo en el dintel el escudo polícromo del obispo fundador D. Marcelino Siuri, flanqueado por pilastras toscanas con pedestal y entablamento oculto. En el cuerpo alto se encuentra una hornacina avenerada sobre peana. La portada secundaria repite el mismo esquema, pero de manera más simplificada, alberga en su hornacina una imagen de la Virgen de los Dolores.
Al templo se accede por una puerta lateral situada a los pies, que da paso a un espacio de planta cuadrada, sotocoro y nartex. El templo tiene una sola nave de tres tramos, con una sola capilla en el lado de la Epístola, crucero, presbiterio y un amplio camarín alto. Anejo a éste está la sacristía.
La nave del hospital tenía originariamente dos plantas, la baja destinada a los enfermos y la alta se utilizaba para clausura y presentaba en su extremo oriental el coro abierto por un arco al templo. El templo se cubre con bóveda de cañón con refuerzo de fajones y lunetos en los tramos de la nave y presbiterio, y con cúpula sobre pechinas en el crucero, donde se concentra la decoración barroca de yeserías.

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El conjunto arquitectónico formado por la Iglesia de los Dolores-Hospital de San Jacinto tiene su origen en la fundación del centro hospitalario, gracias a los deseos de Fray Pedro del Castillo. El primer edificio hospitalario se ubicó en 1596 en la Calle de las Dueñas, en lo que había sido hasta entonces Hospital de San Juan, quedando este incorporado a la nueva fundación. En 1710 se le compraron al Marqués de la Almunia unas casas principales que tenía en la Plazuela del Corbacho, para lo que se vendió el antiguo hospital. Hecha la adquisición el Obispo D. Marcelino Siuri labró la iglesia y la enfermería actual, además lo acogió bajo su patronato y el de sus sucesores como actualmente se mantiene. Ya en el siglo XX será cuando se realicen las principales obras de remodelación y adaptación del edificio a su nueva función de asilo para ancianos. En 1955 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Saenz de Santa María. En 1982 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Luca de Tena y Alvear.
El aspecto exterior del edificio es, quizás, el valor más destacado. La larga fachada tiene una composición asimétrica y austera. Toda ella está limitada por una cornisa horizontal corrida bajo el alero que desciende en placaje sobre las puertas. El paramento aparece totalmente liso hasta el suelo y sólo destacan en él los huecos de ventanas y portadas. Las portadas están ejecutadas en piedra arenisca y trazadas con sobriedad. La principal se compone de un cuerpo bajo donde se abre el hueco adintelado enmarcado por una moldura acodada, que sube en peineta recogiendo en el dintel el escudo polícromo del obispo fundador D. Marcelino Siuri, flanqueado por pilastras toscanas con pedestal y entablamento oculto. En el cuerpo alto se encuentra una hornacina avenerada sobre peana. La portada secundaria repite el mismo esquema, pero de manera más simplificada, alberga en su hornacina una imagen de la Virgen de los Dolores.
Al templo se accede por una puerta lateral situada a los pies, que da paso a un espacio de planta cuadrada, sotocoro y nartex. El templo tiene una sola nave de tres tramos, con una sola capilla en el lado de la Epístola, crucero, presbiterio y un amplio camarín alto. Anejo a éste está la sacristía.
La nave del hospital tenía originariamente dos plantas, la baja destinada a los enfermos y la alta se utilizaba para clausura y presentaba en su extremo oriental el coro abierto por un arco al templo. El templo se cubre con bóveda de cañón con refuerzo de fajones y lunetos en los tramos de la nave y presbiterio, y con cúpula sobre pechinas en el crucero, donde se concentra la decoración barroca de yeserías.

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El conjunto arquitectónico formado por la Iglesia de los Dolores-Hospital de San Jacinto tiene su origen en la fundación del centro hospitalario, gracias a los deseos de Fray Pedro del Castillo. El primer edificio hospitalario se ubicó en 1596 en la Calle de las Dueñas, en lo que había sido hasta entonces Hospital de San Juan, quedando este incorporado a la nueva fundación. En 1710 se le compraron al Marqués de la Almunia unas casas principales que tenía en la Plazuela del Corbacho, para lo que se vendió el antiguo hospital. Hecha la adquisición el Obispo D. Marcelino Siuri labró la iglesia y la enfermería actual, además lo acogió bajo su patronato y el de sus sucesores como actualmente se mantiene. Ya en el siglo XX será cuando se realicen las principales obras de remodelación y adaptación del edificio a su nueva función de asilo para ancianos. En 1955 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Saenz de Santa María. En 1982 se realizan obras bajo la dirección del arquitecto Carlos Luca de Tena y Alvear.
El aspecto exterior del edificio es, quizás, el valor más destacado. La larga fachada tiene una composición asimétrica y austera. Toda ella está limitada por una cornisa horizontal corrida bajo el alero que desciende en placaje sobre las puertas. El paramento aparece totalmente liso hasta el suelo y sólo destacan en él los huecos de ventanas y portadas. Las portadas están ejecutadas en piedra arenisca y trazadas con sobriedad. La principal se compone de un cuerpo bajo donde se abre el hueco adintelado enmarcado por una moldura acodada, que sube en peineta recogiendo en el dintel el escudo polícromo del obispo fundador D. Marcelino Siuri, flanqueado por pilastras toscanas con pedestal y entablamento oculto. En el cuerpo alto se encuentra una hornacina avenerada sobre peana. La portada secundaria repite el mismo esquema, pero de manera más simplificada, alberga en su hornacina una imagen de la Virgen de los Dolores.
Al templo se accede por una puerta lateral situada a los pies, que da paso a un espacio de planta cuadrada, sotocoro y nartex. El templo tiene una sola nave de tres tramos, con una sola capilla en el lado de la Epístola, crucero, presbiterio y un amplio camarín alto. Anejo a éste está la sacristía.
La nave del hospital tenía originariamente dos plantas, la baja destinada a los enfermos y la alta se utilizaba para clausura y presentaba en su extremo oriental el coro abierto por un arco al templo. El templo se cubre con bóveda de cañón con refuerzo de fajones y lunetos en los tramos de la nave y presbiterio, y con cúpula sobre pechinas en el crucero, donde se concentra la decoración barroca de yeserías.

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El aspecto exterior del edificio es, quizás, el valor más destacado. La larga fachada tiene una composición asimétrica y austera. Toda ella está limitada por una cornisa horizontal corrida bajo el alero que desciende en placaje sobre las puertas. El paramento aparece totalmente liso hasta el suelo y sólo destacan en él los huecos de ventanas y portadas. Las portadas están ejecutadas en piedra arenisca y trazadas con sobriedad. La principal se compone de un cuerpo bajo donde se abre el hueco adintelado enmarcado por una moldura acodada, que sube en peineta recogiendo en el dintel el escudo polícromo del obispo fundador D. Marcelino Siuri, flanqueado por pilastras toscanas con pedestal y entablamento oculto. En el cuerpo alto se encuentra una hornacina avenerada sobre peana. La portada secundaria repite el mismo esquema, pero de manera más simplificada, alberga en su hornacina una imagen de la Virgen de los Dolores.
Al templo se accede por una puerta lateral situada a los pies, que da paso a un espacio de planta cuadrada, sotocoro y nartex. El templo tiene una sola nave de tres tramos, con una sola capilla en el lado de la Epístola, crucero, presbiterio y un amplio camarín alto. Anejo a éste está la sacristía.
La nave del hospital tenía originariamente dos plantas, la baja destinada a los enfermos y la alta se utilizaba para clausura y presentaba en su extremo oriental el coro abierto por un arco al templo. El templo se cubre con bóveda de cañón con refuerzo de fajones y lunetos en los tramos de la nave y presbiterio, y con cúpula sobre pechinas en el crucero, donde se concentra la decoración barroca de yeserías.

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El aspecto exterior del edificio es, quizás, el valor más destacado. La larga fachada tiene una composición asimétrica y austera. Toda ella está limitada por una cornisa horizontal corrida bajo el alero que desciende en placaje sobre las puertas. El paramento aparece totalmente liso hasta el suelo y sólo destacan en él los huecos de ventanas y portadas. Las portadas están ejecutadas en piedra arenisca y trazadas con sobriedad. La principal se compone de un cuerpo bajo donde se abre el hueco adintelado enmarcado por una moldura acodada, que sube en peineta recogiendo en el dintel el escudo polícromo del obispo fundador D. Marcelino Siuri, flanqueado por pilastras toscanas con pedestal y entablamento oculto. En el cuerpo alto se encuentra una hornacina avenerada sobre peana. La portada secundaria repite el mismo esquema, pero de manera más simplificada, alberga en su hornacina una imagen de la Virgen de los Dolores.
Al templo se accede por una puerta lateral situada a los pies, que da paso a un espacio de planta cuadrada, sotocoro y nartex. El templo tiene una sola nave de tres tramos, con una sola capilla en el lado de la Epístola, crucero, presbiterio y un amplio camarín alto. Anejo a éste está la sacristía.
La nave del hospital tenía originariamente dos plantas, la baja destinada a los enfermos y la alta se utilizaba para clausura y presentaba en su extremo oriental el coro abierto por un arco al templo. El templo se cubre con bóveda de cañón con refuerzo de fajones y lunetos en los tramos de la nave y presbiterio, y con cúpula sobre pechinas en el crucero, donde se concentra la decoración barroca de yeserías.

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