"El ameno cuanto fertilísimo y anchuroso valle de Cambados hállase tendido por la tierra de Salnés, tierra de celeste promisión, trasunto verdadero del Paraíso. Recostado el valle por el Norte, Oriente y Mediodía en umbrosas colinas de los sagrados bosques de los Celtas, extiende sus plantas al Occidente rasgado, claro, luminoso, dilatadísimo bañándolas en las ondas suaves del encantado y tranquilo mar de Arosa.
El Umia, rio caudaloso y placentero, nacido en el Oriente en las lejanas alturas y fuentes de Acebeiro y de Meabia, en las apartadas tierras de Tabeirós y de Montes, riega el cañaveral y maizales de estas vegas con su corriente clarísima, fecundiza con su enamorado aliento los eolios y redondos pinos de sus numerosos collados y vigoriza las misteriosas robledas y castañares pomposos con la blanquecina brétema de su rocío de perlas y menuda lluvia de brillantes. Sin detenerse apenas el rio en las regaladas riberas de ambas Caldas de Cuntis y de Reyes, viene ansioso, anhelante de gozarse aquí en el emporio de las riberas de Galicia, emporio de encanto, dulzuras y ruiseñores viéndolo y admirándolo, acogiendo en el limpio cristal de las frescas y purísimas aguas de sus pechos el retrato bellísimo del rico paisage de Cambados con sus tendidas, inmediatas y jurisdiccionales feligresías de Corbillón, Vilariño y Tremoedo; de Oubiña y Besomaño; de Leiro, Lois y Nogueira; de Meis, Barrantes y Cobas; de Sisán, de Padrenda y de Castrelo.
Antes de su desagüe en la ria por Santo Tomé do Mar, detiénese todavía el Umia galán y enamorado sin decidirse a entrar por las salobres playas a saludar a las hechiceras islas del mar de Arosa que también le llaman, con sus bandadas de alciones balanceándose en las ondas, cubriendo de blanca luz los peñascos de las riberas, cruzando los aires y haciéndolos resonar con su canto a las brisas de la tarde, cuando el sol, despojado de sus llamas, desciende fatigado al Océano; y hecho ascua roja su globo, se sumerje en el centro del Atlántico mar, haciendo hervir las olas y elevando nubes de grana y oro de las temblorosas aguas. (...)"
Antonio de la Iglesia González, "Santa Mariña d'Ozo de Cambados" en Galicia Diplomática, nº 6, 1889.
MÚSICA: Uxía - Como la cigarra
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