A algunos se les preguntó:
-“¿Quiénes son los capitanes?”
-“Son dos bastardos bretones, buenos hombres de armas, que saben lo que son los asaltos, pues han estado en muchos. Sus nombres son el bastardo de Pennesoj y el bastardo d'Aulroy”
-“Sean quienes sean, son gente valiente así que aguantar” (diciéndolo sin ninguna apariencia de furor contra ellos).
Los que montaban las escaleras fueron rechazados en varias ocasiones tan severamente, que cuando los caballeros cayeron a suelo, causó muchos gritos de júbilo entre los defensores. Cuando el duque de Lancaster fue despertado y hubo oído misa, dijo que iría a ver el ataque; montando un corcel, sin armas, llevando a la montura su pendón, que fue adornado con las armas de Castilla, Inglaterra y Francia, puestas por delante del caballo para que pudieran ondear en el viento y sólo las extremidades del paño tocaban el suelo. A la llegada del duque, los sitiadores aún se esforzaron más, con el fin de hacerse notar. Duró el combate todo el día.
Jean Froissart, Crónicas, Libro I, S. XIV.
MÚSICA: Air Premier de Trompettes, Timbales et Hautbois de Jean Baptiste Lully (1632 - 1687)
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