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No en todos los rincones de la tierra se habían agostado las semillas de los santos sarmientos y de las santas rosas. Allí mismo, en los sitios desde donde Picouto se dirigía "a quien tuviese oídos y quisiera oir", todo estaba muy preparado para el renacimiento dichoso de las viejas costumbres. Como en los bellos lugares de las historias paganas, pueden, en ciertos parajes, vendimiarse las parras desde el mar y recoger los lirios sobre la arena de las playas. El rumor de los arroyos y el de las frondas estremecidas parece aún quejarse de orfandad, gimiendo por la flauta de los dioses. En los días de fiesta la tierra está cubierta toda por un sol refulgente y de oro que hace pensar en el milagro pagano de Dánae, y luego, al regreso, casi nunca hay luna, y los campos por donde van las mozas y los mozos -"mozos y mozas en cuyos rostros alegres se descubren perfiles de medalla ilustre"-, mullidos de musgo, invitan irresistiblemente a descansar, a hacer un dulce alto en el camino de la aldea y en el de la vida...
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Francisco Camba, El amigo Chirel, 1918.
MÚSICA: Lurkers - Little Ole Wine Drinker Me
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