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User / RAYPORRES / Sets / OVIEDO OCTUBRE DE 2012
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N 0 B 512 C 0 E Oct 1, 2012 F Oct 2, 2012
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Esta fuente, uno de los monumentos prerrománicos más importantes de Oviedo, es una pequeña construcción de sillares de piedra regulares, con cañón abovedado y arco de medio punto; en su frontispicio triangular está grabada la cruz y la inscripción del reinado de Alfonso III el Magno (866-910), en la que se invoca que «con este signo se defiende al piadoso, con este signo se vence al enemigo». Esas inscripciones son las que han servido para datar la fuente, atribución que los arqueólogos prefieren no dar por cerrada.

La fuente de la Foncalada, la más notable de la ciudad, dio agua a todo su contorno. Algunos ovetenses aún recuerdan cuando se usaba también como lavadero, tal y como recogen muchos grabados e incluso algunas fotografías.

Este monumento, cuyo nombre se debe según Fermín Canella a «estar horadada en bóveda», es mucho menos conocido de lo que merece su valor histórico, en parte quizá por su emplazamiento, ahora casi empozada entre la curva de la calle a la que da nombre y el comienzo de las de Gascona y Huertas.

La Foncalada fue sometida, desde comienzos de la década de los noventa del pasado siglo XX, a unas obras de rehabilitación que comenzaron con un simple trabajo de restauración y se fueron ampliando a partir de las recomendaciones surgidas por el trabajo arqueológico del proyecto y que reveló, entre otros muchos pequeños datos de un amplio periodo histórico, el primitivo canal de abastecimiento de la fuente. Con estas obras, el entorno fue adecentado.

La Foncalada constituye una afortunada excepción ya que de la mayoría de las antiguas fuentes y caños que hubo en Oviedo a través de los siglos no quedan más que los documentos históricos o el rastro de la memoria para recordar las que tardaron más en desaparecer y que en muchos casos habían sustituido a otras primitivas en el mismo lugar.

El 3 de junio de 1931 fue declarada Monumento y el 2 de diciembre de 2008 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tags:   2012 España Fuente de Foncalada Octubre Oviedo Prerromanico Asturiano Principado de Asturias

N 0 B 261 C 0 E Oct 1, 2012 F Oct 2, 2012
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Esta fuente, uno de los monumentos prerrománicos más importantes de Oviedo, es una pequeña construcción de sillares de piedra regulares, con cañón abovedado y arco de medio punto; en su frontispicio triangular está grabada la cruz y la inscripción del reinado de Alfonso III el Magno (866-910), en la que se invoca que «con este signo se defiende al piadoso, con este signo se vence al enemigo». Esas inscripciones son las que han servido para datar la fuente, atribución que los arqueólogos prefieren no dar por cerrada.

La fuente de la Foncalada, la más notable de la ciudad, dio agua a todo su contorno. Algunos ovetenses aún recuerdan cuando se usaba también como lavadero, tal y como recogen muchos grabados e incluso algunas fotografías.

Este monumento, cuyo nombre se debe según Fermín Canella a «estar horadada en bóveda», es mucho menos conocido de lo que merece su valor histórico, en parte quizá por su emplazamiento, ahora casi empozada entre la curva de la calle a la que da nombre y el comienzo de las de Gascona y Huertas.

La Foncalada fue sometida, desde comienzos de la década de los noventa del pasado siglo XX, a unas obras de rehabilitación que comenzaron con un simple trabajo de restauración y se fueron ampliando a partir de las recomendaciones surgidas por el trabajo arqueológico del proyecto y que reveló, entre otros muchos pequeños datos de un amplio periodo histórico, el primitivo canal de abastecimiento de la fuente. Con estas obras, el entorno fue adecentado.

La Foncalada constituye una afortunada excepción ya que de la mayoría de las antiguas fuentes y caños que hubo en Oviedo a través de los siglos no quedan más que los documentos históricos o el rastro de la memoria para recordar las que tardaron más en desaparecer y que en muchos casos habían sustituido a otras primitivas en el mismo lugar.

El 3 de junio de 1931 fue declarada Monumento y el 2 de diciembre de 2008 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Tags:   2012 España Fuente de Foncalada Octubre Oviedo Prerromanico Asturiano Principado de Asturias

N 0 B 127 C 0 E Oct 2, 2012 F Oct 2, 2012
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Instituto Alfonso Segundo de Oviedo, Asturias, España

Tags:   2012 Calle Santa Susana España Instituto Alfonso II Octubre Oviedo Principado de Asturias

N 0 B 2.2K C 0 E Oct 2, 2012 F Oct 2, 2012
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Auditorio y Palacio de Congresos Príncipe Felipe.

El Auditorio Príncipe Felipe, que ha construido el Ayuntamiento de Oviedo como principal impulsor, aunque contando con un convenio de financiación con los gobiernos regional y nacional, así como una importante ayuda económica europea, es, desde su inauguración el 29 de abril de 1999, un permanente escenario de actuaciones musicales y de reuniones, puesto que se abrió con un doble cometido y para ser utilizado también como palacio de congresos. La actividad que alberga y genera ha convertido ya el edificio en una pieza fundamental de apoyo a la ciudad de Oviedo como capital cultural y de servicios.

El Auditorio fue anunciado en 1994 por el alcalde, que designó al arquitecto Rafael Beca para elaborar un proyecto que entonces se pensaba terminar en 1996 y para el que se calculó inicialmente un presupuesto de 1.200 millones, fecha y cifra rebasada posteriormente, entre otros factores, por la adaptación de la instalación en construcción para que pudiera ser además utilizada para convenciones y congresos.

A finales de 1999, cuando se tramita la liquidación administrativa de la obra, el presupuesto total del Auditorio es de 2.983 millones, de los que 1.699 fueron aportados por la Unión Europea, subvención que se gestionó con el apoyo del gobierno nacional.

Sobre los depósitos

El Auditorio Príncipe Felipe se construyó sobre los antiguos depósitos de agua de Pérez de la Sala, emplazamiento que ya había sido barajado hacía años, aunque entonces eliminando la construcción hidráulica, cuando se pensó que fuese Rafael Moneo el arquitecto que diseñara el edificio.

Rafael Beca proyectó el auditorio como una edificación de aire neoclásico en su exterior, con una fachada de hormigón arquitectónico y grandes ventanales.

Con 4.500 metros de planta, pero con 18.500 metros de superficie construida, el edificio del Auditorio Príncipe Felipe se agranda en su interior, en cuyos acabados se utilizó mármol, madera y perfiles de latón.

En ese interior destaca una enorme sala formada en realidad por las llamadas sala principal y sala polivalente, que pueden funcionar, indistintamente, separadas o juntas hasta acoger un aforo total de 2.388 localidades. El panel de separación de esas salas y su escenario –que unido suma una superficie de casi 600 metros cuadrados– son una creación holandesa usada en este edificio por primera vez en España que, realizada en material absorbente, tiene al mismo tiempo un importante papel en la acústica del auditorio. La acústica fue, junto con los sistemas y las estructuras, una de las ingenierías que Beca encomendó a los mejores especialistas de cada sector.

El responsable de la calidad del sonido ha sido el físico catalán Higini Arau, que, aun cuando el edificio estaba en construcción, sometió el proyecto de las salas a una auralización para examinar sus condiciones sobre una maqueta de la realidad virtual de audio. Con el auditorio ya en marcha, Higini Arau comprobó el resultado obtenido y dictaminó la excelencia de la acústica conseguida, con un tiempo de reverberación de entre 2 y 1,87, un índice de claridad del orden de 1 y una gran riqueza de sonido.

Estéticamente, en la sala principal destacan las líneas del falso techo que se despliega en curvas de madera oscura, en contraste con la claridad del escenario, dejando en el centro sitio para una gran lámpara a modo de plafón ovalado.

La disposición de la sala hace que sólo desde el escenario se advierta la magnitud de su aforo mientras que desde los asientos –en todo el edificio tapizados de azul–, los asistentes perciben el espacio como si fuera mucho más reducido y recogido. La segunda sala o sala polivalente tiene, según los técnicos, una acústica de primer orden. Debajo está situada la tercera sala o sala de cámara, con una capacidad de 400 butacas y una singularidad arquitectónica, ya que el fondo de su escenario es uno de los muros exteriores de piedra del antiguo depósito de agua y en el que lo que eran los aliviaderos de la construcción hidráulica se utilizan ahora como puertas de acceso para los artistas y para el piano.

Otro elemento destacado en el interior del Auditorio es el altísimo vestíbulo principal –con una superficie de uso y también de exposiciones de 1.000 metros cuadrados– desde el que se accede al vestíbulo de la gran sala: allí, bajo una superficie acristalada aparecen de nuevo los restos de los viejos depósitos, al mostrar en este caso la parte superior de la construcción en bóvedas que lo caracterizaba.

El depósito es ya el protagonista absoluto en la planta baja, donde se ha conservado la mitad de la vieja estructura para usarla como soporte de una sala de exposiciones –con 318 metros de superficie– y de una cafetería. Las columnas de la arquería surgen del suelo rodeadas de un círculo de cristal que da paso a su iluminación, mientras que el ladrillo visto en paredes y techos marca el diseño de este ambiente.

El servicio de esa cafetería se completa con el de un restaurante en la última planta, cuyas instalaciones se prolongan hacia el exterior en una terraza superior.

Mural en añil de Vaquero Turcios

Uno de los elementos más llamativos y de mayor valor artístico del edificio del Auditorio es el mural situado en el gran vestíbulo principal y sobre la pared del fondo, que el Ayuntamiento de Oviedo encargó expresamente para este emplazamiento a Joaquín Vaquero Turcios y que el propio artista tituló como «El silencio y la música». Dominado por un intenso color azul ultramar o añil, el mural, de 10 metros de alto por 7 de ancho y pintado en técnica mixta sobre tableros de madera con bastidor de hierro, fue creado, según explicó Vaquero Turcios, pensando en el gran espacio de este vestíbulo como la nave de una catedral. En cierta forma, la obra quiere ser un homenaje a Picasso y otros artistas del siglo que pintaron instrumentos musicales y a Pitágoras y su invención de la unión entre la geometría y la armonía musical.

El mural de Vaquero Turcios, rugoso y con unas líneas que acentúan aun más la verticalidad del muro, prolongando su fuga, no es la única obra de arte del auditorio, donde también destaca la escultura «Concierto gitano», de Sebastián Miranda. La obra, donada a través de Cinturón Verde y de la que se ha colocado una réplica a escala en bronce en la calle Comandante Caballero, se entrevé, al igual que el mural, desde el exterior del edificio, en cuya fachada el agua rodea su zócalo y cae en cascada desde la cúpula de la esquina.

Asimismo, en el vestíbulo del Auditorio Príncipe Felipe, junto a uno de los ventanales que dan a la calle Pérez de la Sala, sobresale una escultura del asturiano Herminio Álvarez. La pieza, instalada el 31 de octubre de 20001 y comprada por el Ayuntamiento a la galería ovetense Vértice, es un gran cilindro de madera (4 m de largo x 0,5 m de diámetro), de castaño hueco, con esqueleto interno igualmente de madera, que pesa 300 kg y cuelga en equilibrio inestable, levemente inclinada, y a escasos centímetros del suelo. Se trata de una creación sin título en la que se busca la sensación de trastocar las leyes físicas («en vez de que la tierra atraiga a la pieza, es lo contrario», afirma Herminio). El emplazamiento de la pieza gusta a su autor «por la altura del espacio y porque el movimiento y tensión también tienen connotaciones con la música».

Estreno con obertura especial

El Auditorio se inauguró el 29 de abril del año 1999 con un concierto de excepción.

El acto, al que asistió el vicepresidente primero del Gobierno de la nación, Francisco Álvarez Cascos, se abrió con el estreno absoluto de «Asturias desde la distancia», obertura encargada especialmente para este ocasión por el Ayuntamiento de Oviedo al joven compositor ovetense Jorge Muñiz, con importantes galardones internacionales en su currículum como el Premio Turina o el Premio Europeo de Jóvenes Compositores. La inauguración corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, cuya sede oficial es desde entonces este edificio, y del Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, bajo la dirección del titular de la OSPA, Maximiano Valdés, que interpretaron también el Concierto para violín y orquesta nº 5 de La Mayor, de Mozart, y la Novena Sinfonía, de Beethoven.

Una capital de congresos

Ya antes de su inauguración, el Auditorio Príncipe Felipe tenía una larga lista de peticiones para la celebración de congresos, inaugurándose en esta faceta en mayo con la I Conferencia Internacional de Biotecnología.

Para este fin, las instalaciones cuentan, además de con las salas principales, con otras cinco salas en el último piso del edificio, con capacidad para 510 personas, y la posibilidad en cuatro de ellas de funcionar conjunta o separadamente, de manera que se puede conseguir una amplia gama de aforos de entre 50 y 250 plazas.

Para su uso en reuniones y convenciones, el Auditorio está así mismo dotado de los medios tecnológicos más modernos en electroacústica e incluye distribución de audio para prensa, radio y televisión, equipos de traducción simultánea en sistema digital, cableado integral para multiconexiones, circuito cerrado de televisión, sistema de proyección de videodatos y equipos de videoconferencia.

Tags:   2012 Auditorio Principe Felipe Calle Perez de la Sala España Octubre Oviedo Principado de Asturias

N 0 B 2.7K C 0 E Oct 2, 2012 F Oct 2, 2012
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Auditorio y Palacio de Congresos Príncipe Felipe.

El Auditorio Príncipe Felipe, que ha construido el Ayuntamiento de Oviedo como principal impulsor, aunque contando con un convenio de financiación con los gobiernos regional y nacional, así como una importante ayuda económica europea, es, desde su inauguración el 29 de abril de 1999, un permanente escenario de actuaciones musicales y de reuniones, puesto que se abrió con un doble cometido y para ser utilizado también como palacio de congresos. La actividad que alberga y genera ha convertido ya el edificio en una pieza fundamental de apoyo a la ciudad de Oviedo como capital cultural y de servicios.

El Auditorio fue anunciado en 1994 por el alcalde, que designó al arquitecto Rafael Beca para elaborar un proyecto que entonces se pensaba terminar en 1996 y para el que se calculó inicialmente un presupuesto de 1.200 millones, fecha y cifra rebasada posteriormente, entre otros factores, por la adaptación de la instalación en construcción para que pudiera ser además utilizada para convenciones y congresos.

A finales de 1999, cuando se tramita la liquidación administrativa de la obra, el presupuesto total del Auditorio es de 2.983 millones, de los que 1.699 fueron aportados por la Unión Europea, subvención que se gestionó con el apoyo del gobierno nacional.

Sobre los depósitos

El Auditorio Príncipe Felipe se construyó sobre los antiguos depósitos de agua de Pérez de la Sala, emplazamiento que ya había sido barajado hacía años, aunque entonces eliminando la construcción hidráulica, cuando se pensó que fuese Rafael Moneo el arquitecto que diseñara el edificio.

Rafael Beca proyectó el auditorio como una edificación de aire neoclásico en su exterior, con una fachada de hormigón arquitectónico y grandes ventanales.

Con 4.500 metros de planta, pero con 18.500 metros de superficie construida, el edificio del Auditorio Príncipe Felipe se agranda en su interior, en cuyos acabados se utilizó mármol, madera y perfiles de latón.

En ese interior destaca una enorme sala formada en realidad por las llamadas sala principal y sala polivalente, que pueden funcionar, indistintamente, separadas o juntas hasta acoger un aforo total de 2.388 localidades. El panel de separación de esas salas y su escenario –que unido suma una superficie de casi 600 metros cuadrados– son una creación holandesa usada en este edificio por primera vez en España que, realizada en material absorbente, tiene al mismo tiempo un importante papel en la acústica del auditorio. La acústica fue, junto con los sistemas y las estructuras, una de las ingenierías que Beca encomendó a los mejores especialistas de cada sector.

El responsable de la calidad del sonido ha sido el físico catalán Higini Arau, que, aun cuando el edificio estaba en construcción, sometió el proyecto de las salas a una auralización para examinar sus condiciones sobre una maqueta de la realidad virtual de audio. Con el auditorio ya en marcha, Higini Arau comprobó el resultado obtenido y dictaminó la excelencia de la acústica conseguida, con un tiempo de reverberación de entre 2 y 1,87, un índice de claridad del orden de 1 y una gran riqueza de sonido.

Estéticamente, en la sala principal destacan las líneas del falso techo que se despliega en curvas de madera oscura, en contraste con la claridad del escenario, dejando en el centro sitio para una gran lámpara a modo de plafón ovalado.

La disposición de la sala hace que sólo desde el escenario se advierta la magnitud de su aforo mientras que desde los asientos –en todo el edificio tapizados de azul–, los asistentes perciben el espacio como si fuera mucho más reducido y recogido. La segunda sala o sala polivalente tiene, según los técnicos, una acústica de primer orden. Debajo está situada la tercera sala o sala de cámara, con una capacidad de 400 butacas y una singularidad arquitectónica, ya que el fondo de su escenario es uno de los muros exteriores de piedra del antiguo depósito de agua y en el que lo que eran los aliviaderos de la construcción hidráulica se utilizan ahora como puertas de acceso para los artistas y para el piano.

Otro elemento destacado en el interior del Auditorio es el altísimo vestíbulo principal –con una superficie de uso y también de exposiciones de 1.000 metros cuadrados– desde el que se accede al vestíbulo de la gran sala: allí, bajo una superficie acristalada aparecen de nuevo los restos de los viejos depósitos, al mostrar en este caso la parte superior de la construcción en bóvedas que lo caracterizaba.

El depósito es ya el protagonista absoluto en la planta baja, donde se ha conservado la mitad de la vieja estructura para usarla como soporte de una sala de exposiciones –con 318 metros de superficie– y de una cafetería. Las columnas de la arquería surgen del suelo rodeadas de un círculo de cristal que da paso a su iluminación, mientras que el ladrillo visto en paredes y techos marca el diseño de este ambiente.

El servicio de esa cafetería se completa con el de un restaurante en la última planta, cuyas instalaciones se prolongan hacia el exterior en una terraza superior.

Mural en añil de Vaquero Turcios

Uno de los elementos más llamativos y de mayor valor artístico del edificio del Auditorio es el mural situado en el gran vestíbulo principal y sobre la pared del fondo, que el Ayuntamiento de Oviedo encargó expresamente para este emplazamiento a Joaquín Vaquero Turcios y que el propio artista tituló como «El silencio y la música». Dominado por un intenso color azul ultramar o añil, el mural, de 10 metros de alto por 7 de ancho y pintado en técnica mixta sobre tableros de madera con bastidor de hierro, fue creado, según explicó Vaquero Turcios, pensando en el gran espacio de este vestíbulo como la nave de una catedral. En cierta forma, la obra quiere ser un homenaje a Picasso y otros artistas del siglo que pintaron instrumentos musicales y a Pitágoras y su invención de la unión entre la geometría y la armonía musical.

El mural de Vaquero Turcios, rugoso y con unas líneas que acentúan aun más la verticalidad del muro, prolongando su fuga, no es la única obra de arte del auditorio, donde también destaca la escultura «Concierto gitano», de Sebastián Miranda. La obra, donada a través de Cinturón Verde y de la que se ha colocado una réplica a escala en bronce en la calle Comandante Caballero, se entrevé, al igual que el mural, desde el exterior del edificio, en cuya fachada el agua rodea su zócalo y cae en cascada desde la cúpula de la esquina.

Asimismo, en el vestíbulo del Auditorio Príncipe Felipe, junto a uno de los ventanales que dan a la calle Pérez de la Sala, sobresale una escultura del asturiano Herminio Álvarez. La pieza, instalada el 31 de octubre de 20001 y comprada por el Ayuntamiento a la galería ovetense Vértice, es un gran cilindro de madera (4 m de largo x 0,5 m de diámetro), de castaño hueco, con esqueleto interno igualmente de madera, que pesa 300 kg y cuelga en equilibrio inestable, levemente inclinada, y a escasos centímetros del suelo. Se trata de una creación sin título en la que se busca la sensación de trastocar las leyes físicas («en vez de que la tierra atraiga a la pieza, es lo contrario», afirma Herminio). El emplazamiento de la pieza gusta a su autor «por la altura del espacio y porque el movimiento y tensión también tienen connotaciones con la música».

Estreno con obertura especial

El Auditorio se inauguró el 29 de abril del año 1999 con un concierto de excepción.

El acto, al que asistió el vicepresidente primero del Gobierno de la nación, Francisco Álvarez Cascos, se abrió con el estreno absoluto de «Asturias desde la distancia», obertura encargada especialmente para este ocasión por el Ayuntamiento de Oviedo al joven compositor ovetense Jorge Muñiz, con importantes galardones internacionales en su currículum como el Premio Turina o el Premio Europeo de Jóvenes Compositores. La inauguración corrió a cargo de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, cuya sede oficial es desde entonces este edificio, y del Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, bajo la dirección del titular de la OSPA, Maximiano Valdés, que interpretaron también el Concierto para violín y orquesta nº 5 de La Mayor, de Mozart, y la Novena Sinfonía, de Beethoven.

Una capital de congresos

Ya antes de su inauguración, el Auditorio Príncipe Felipe tenía una larga lista de peticiones para la celebración de congresos, inaugurándose en esta faceta en mayo con la I Conferencia Internacional de Biotecnología.

Para este fin, las instalaciones cuentan, además de con las salas principales, con otras cinco salas en el último piso del edificio, con capacidad para 510 personas, y la posibilidad en cuatro de ellas de funcionar conjunta o separadamente, de manera que se puede conseguir una amplia gama de aforos de entre 50 y 250 plazas.

Para su uso en reuniones y convenciones, el Auditorio está así mismo dotado de los medios tecnológicos más modernos en electroacústica e incluye distribución de audio para prensa, radio y televisión, equipos de traducción simultánea en sistema digital, cableado integral para multiconexiones, circuito cerrado de televisión, sistema de proyección de videodatos y equipos de videoconferencia.

Tags:   2012 Auditorio Principe Felipe Calle Perez de la Sala España Octubre Oviedo Principado de Asturias


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