Una de las arterias más importantes del centro de la ciudad, su trazado responde al perímetro urbano de la ciudad romana. Con el crecimiento de la ciudad durante la edad media y la construcción de las sucesivas murallas, esta calle quedó englobada en el corazón de la ciudad, siendo una de sus calles más notables en la que, durante el renacimiento, se alzaron imponentes palacios que maravillaron a aquellos que los contemplaron. Hoy, conservando como testimonio alguno de estos palacios, es uno de los centros financieros y económicos de la capital de Aragón, mostrando en su arquitectura este roll de centro económico que se inicia en la primera parte del siglo XX.
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