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eb3alfmiguel / 85,814 items
Lagarto ocelado (Timon lepidus)
El lagarto ocelado (Timon lepidus) es una especie de lagarto propio de Europa suroccidental y noroeste de África. Durante décadas fue considerado como perteneciente al género Lacerta. El lagarto ocelado se distribuye por toda la Península Ibérica salvo la Cornisa Cantábrica.
CARACTERÍSTICAS
El Lagarto ocelado (Timon lepidus) el mayor lagarto europeo; mide normalmente unos 60 cm, pero puede alcanzar los 90 cm. Se caracteriza por su corpulencia y aspecto macizo. Su cabeza es ancha y triangular, más grande en los machos que en las hembras.
Su coloración es variable: el dorso puede ir del pardo al verde, incluso moteado, aunque generalmente dominan los tonos verdosos claros con abundantes marcas negras. Sus costados están adornados con dos o tres hileras de manchas azules llamadas “ocelos” o “lepidos” (que significa “escamas”). Estas manchas redondeadas son también más grandes en los machos que en las hembras. Los jóvenes sin embargo son verdinegros o verde oliva con manchas blancas o amarillo claro bordeadas de negro dispuestas transversalmente; en los flancos pueden tener
también ocelos azules.
La zona ventral es amarillenta o amarillo verdoso y la cola a veces es rojiza, lo que puede indicar una regeneración de la misma.
HÁBITAT
Sus hábitats son muy variados, normalmente secos y muy soleados, como zonas de matorral, viñas, olivares, etc. Vive en todas las altitudes hasta los 2.000 metros.
Especie característica de las regiones sometidas a clima mediterráneo, dentro de las que, sin embargo, es considerada una especie selecta que puede encontrarse bajo condiciones muy diferentes.
Son habitantes habituales de los claros del bosque mediterráneo, bordes de caminos y zonas agrícolas, pedregales y bosques de galería del sur de la península.
No le gustan las áreas con altos valores de cobertura arbustiva, por lo que es rara en el matorral cerrado. Prefiere sin duda las zonas de vegetación aclarada, siempre y cuando dispongan de numerosos refugios. Las dehesas, por ejemplo, son sistemas especialmente apreciados por los lagartos ocelados, donde alcanzan valores de densidad elevados.
ALIMENTACIÓN
El lagarto ocelado es omnívoro y muy voraz. Se alimenta de insectos grandes (sobre todo coleópteros y saltamontes), arácnidos, gusanos, pequeños mamíferos, huevos de aves, pollos, otros lagartos y lagartijas, carroña, etc. No le hace ascos a algunos frutos, sobre todo si son dulces.
A diferencia de otros lacértidos, suelen buscar activamente su alimento seleccionando presas por su tamaño o por su categoría taxonómica, siendo por lo general los coleópteros de tamaño medio o grande las presas más comunes en su dieta. La dentición de los adultos, que dispone de dientes caninomorfos (forma de caninos), les permite acceder a presas duras.
ESTADO DE CONSERVACIÓN
El lagarto ocelado es el más abundante de los lagartos ibéricos.
La mala fama de animal dañino, que justificó las campañas institucionales de erradicación en los años 70, también causó un injustificado retraso en su protección. Por ejemplo, la ley 1381/1980 y el posterior Decreto 439/1990 consideraban al lagarto ocelado como uno de los pocos reptiles españoles que no merecía protección (únicamente compartía olvido con los dos galápagos, la culebra bastarda, y las tres víboras; Corbett, 1989). Habría que esperar a que en 1985 España ratificara el tratado de Berna sobre Conservación de la vida silvestre y el medio natural en Europa, para que el lagarto ocelado entrara por la puerta trasera a formar parte de las especies españolas protegidas (véase también Convenio de Berna, 1979).
A pesar de haber sido calificado en ocasiones como una de las especies-bandera de la fauna reptiliana europea (Corbett, 1989), el lagarto ocelado se considera una especies no amenazada en España, Francia y Portugal (Oliveira y Araújo, 1994; Mateo, 2002; Cheylan y Grillet, 2005). La directiva europea Hábitat tampoco lo considera en sus anexos 2 y 4, lo que determina que se no puedan realizar acciones dirigidas a su conservación en el marco de esta directiva.
Como ya hemos adelantado, los lagartos ocelados siguen siendo abundantes en buena parte de la Península Ibérica, lo que ha determinado que la especie no se considere amenazada en términos generales (Mateo, 2002). Resulta sin embargo una impresión bastante generalizada que sus densidades han menguado significativamente en las últimas décadas (Corbett, 1989; Mateo, 2002; Pleguezuelos y Feriche, 2003).
Es una pieza clave del ecosistema, por lo que es importante conservar la buena salud de sus poblaciones y de su hábitat.
REPRODUCCIÓN
Especie ovípara en la que las hembras realizan una única puesta al año. Son muy territoriales y para defender estos territorios, que son extensos, los machos pelean con frecuencia durante la primavera, aunque sin mayores consecuencias.
Los coitos son también violentos; el macho y la hembra se muerden mutuamente.
A partir de abril, pero sobre todo en junio, la hembra excava un nido y hace la puesta, que consta de 7 a 25 huevos. Después de tres a cinco meses, entre septiembre y octubre, tiene lugar la eclosión.
Las crías tardarán tres o cuatro años en alcanzar la madurez sexual y empezar a reproducirse.
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Dates
  • Taken: Aug 16, 2019
  • Uploaded: Aug 24, 2019
  • Updated: Jun 11, 2022