La sociedad japonesa es profundamente machista y patriarcal. Uno de los sintomas más elocuentes de ese sentimiento es la conservación de las geishas como una de sus señas de identidad.
Esta que me encontré en la estación de Kyoto es una maiko, o aprendiz de geisa. Su vestuario y maquillaje son evidentemente vistosos y llamativos. La defensa de la conservación de estas tradiciones por motivos estéticos y artísticos es tan discutible como la de la fiesta de los toros en el estado español
Mi colección de Japón/ My Japan's collection
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